El responsable del café

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(Mahón, isla de Menorca,1970). Desde muy joven he venido ejerciendo el columnismo y la crítica literaria en numerosos medios, obteniendo en 1994 el premio Mateo Seguí Puntas de periodismo. Actualmente soy colaborador de la revista Librújula (Premio Nacional al Fomento de la Lectura, 2023). Poeta oculto, como narrador he publicado las novelas "En algún lugar te espero" (accésit del Premio Gabriel Sijé, 2000. Reeditada en ebook en 2020, Amazon), "Hospital Cínico" (2013) y "Summertime blues" (finalista del premio Ateneo-Ciudad de Valladolid, 2019); y los libros de relatos "Las espigas de la imprudencia" (Bcn, 2003) , "Domingos buscando el mar" (Premio Café Món de Narrativa, 2007) y "Sopa de fauno" (2017). He obtenido un puñado de premios y menciones en certámenes nacionales de cuento y algunos de mis relatos figuran en varias antologías. Desde 2002 vivo y escribo en Hospitalet de Llobregat.

domingo, 16 de febrero de 2014

Luz en la tiniebla




         Dos palabras vendrían a definir la primera novela del hasta ahora celebrado autor de cuentos Carlos Castán: introspección y grisura. Introspección porque la mayoría de la novela el protagonista se la pasa hablando consigo mismo. Apenas hay diálogo y el personaje no interactúa con casi nadie, reducido a una supervivencia agónica y solitaria. De ahí mismo, de esa falta de atributos, parte el sin duda premeditado tono gris de la novela al hacernos partícipes de la existencia de un tipo casi al borde de la depresión, recién separado, con una vida anodina y desesperanzada, vacía y carente de cualquier motivación que no sea ir pasando como una sombra. Jacobo, su único amigo y uno de sus escasos contactos con el exterior, y con una situación personal parecida a la suya, es repentinamente asesinado en su casa en circunstancias extrañas. A partir de aquí todo se precipita cuesta abajo, y la aparición de una misteriosa mujer proveniente del pasado del amigo obra de detonante.
La mala luz
Carlos Castán
Destino, 232 pág
         Únicamente la prosa incisiva y detallista de Castán puede ir demorándose en los detalles más nimios o atender a la presencia casi invisible de los objetos más cotidianos que nos envuelven para retratar a través de ellos el desvalimiento humano y las contradicciones que lo acompañan. Pero lejos de incurrir en el simple trazo behaviorista, el autor refugia al protagonista en sus recuerdos y le hace abandonar su caverna vital, no sin esfuerzo, para  lanzarlo a indagar sobre la muerte de Jacobo.
         Historia de seres solitarios, diezmados por una realidad que les repele y por una incapacidad casi crónica para la felicidad, La mala luz es también un grito de angustia en mitad del desierto urbano, una búsqueda de redención imposible en una existencia que ha perdido sus alicientes básicos para agarrarse a la vida. Carlos Castán, siempre espléndido narrador, logra construir una asfixiante atmósfera cerrada donde el hastío y la derrota se palpan, y en la que lentamente se cierne la oscuridad del sinsentido.