De la cuarta obra del madrileño Pedro de Paz se ha dicho que no es una novela negra, género en el que se había movido en sus anteriores entregas, y ciertamente no lo es si hemos de entender por ello que no se ajusta a las directrices canónicas del género. No obstante, “La senda trazada” tiene mucho de negro, de turbio, de oscuro.
La senda trazada de Pedro de Paz Editorial Algaida, 2011. 358 pág. 20 euros. |
Alfonso Heredia, un fotógrafo paupérrimo instalado en la más absoluta mediocridad, se topa accidentalmente con un extraño libro manuscrito repleto de sentencias en clave que anuncian futuras muertes de personajes célebres. Ello permitirá al protagonista estar en el lugar oportuno en el momento apropiado para disparar su cámara. Pero, si bien esa información privilegiada le rescata momentáneamente del naufragio económico y social al que estaba abocado, el precio a pagar será muy alto.
Con tics inconfundiblemente irónicos hacia personajes legendarios del mundo de la adivinación y la nigromancia, como Nostradamus, Saint Germain o Aleister Crowley, de Paz se vale de su engañoso y original argumento esotérico para montar una auténtica fábula contemporánea que aúna el misterio y el thriller con una acertada cartografía de los abismos interiores mientras revisa el viejo y peligroso sueño de poder controlar y alterar el futuro, sin obviar, por supuesto, los conflictos éticos y morales que ello conlleva. Escrita con un lenguaje ágil, conciso y directo, accesible para cualquier lector, “La senda trazada” contiene, no obstante, una terrible moraleja vital (como no puede ser de otro modo en cualquier fábula que se precie). Quien desee conocerla, sin embargo, deberá coger aire e insertarse en la senda trazada.
4 comentarios:
Con esta novela disfrutas de su lectura como un buen café, negro como el destino del personaje, caliente como el infierno que vive y dulce como el amor que niega...
Estupenda novela.
Un saludo!
Yo no habría dicho mejor, Luisa.
Un saludo.
Tú lo has dicho muy bien, muchas gracias, y encantada de conocerte por aquí.
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