Siempre hemos vivido en el castillo Shirley Jackson Minúscula, 204 pág. |
La editorial Minúscula se ha encargado en castellano de ir editando su obra: , Cuentos escogidos, La maldición de Hill House, y esta inquietante novela que nos ocupa, Siempre hemos vivido en el castillo (1962).
Con una prosa hilvanada igual que una sutil pero tupida tela de araña, Jackson nos sumerge lentamente en un mundo lleno de traumas soterrados y grietas por donde asoma la locura. Para ello nos abre la puerta de la casa de la extraña familia Blackwood, un linaje maldito debido a un suceso truculento que sucedió en el comedor familiar seis años atrás. La historia, contada por la pequeña de la saga, la solitaria y soñadora Merricat, termina convirtiéndose en una pesadilla pegajosa y desasosegante que acaba por impregnarlo todo y que perfilará, sin mostrarlo de frente, la silueta negra del monstruo que vive en cada uno de nosotros.
Una novela magníficamente narrada, con una cadencia que alberga los más funestos presagios, pero sin una gota de sangre ni un sólo fenómeno paranormal, y que, sin embargo, nos habla de algo que da mucho más miedo por su proximidad: las profundas tinieblas del alma humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario